Es una parte de la instalación eléctrica de los edificios, que tiene la finalidad de transmitir al terreno cualquier corriente de derivación o de origen atmosférico, que pudiera engendrar un peligro para la seguridad de las personas o de los edificios. En el terreno se entierran cables desnudos de cobre, picas o placas, que se conectan a las estructuras del edificio, a todas las masas metálicas de las instalaciones y a los enchufes o puntos de toma de cada vivienda, por medio un cable amarillo – verde muy característico.