Cantidad de energía eléctrica entregada o absorbida por un receptor, cuya unidad es el vatio o watt y su símbolo (W). Característica de los receptores, electrodomésticos y otras máquinas, como pueden ser lámparas, lavadoras, el motor de un ascensor o de un grupo de presión… etc., que podemos definir, de forma elemental, como la capacidad mayor o menor que tienen estos para darnos su servicio. El contrato de suministro eléctrico se hace en base a la potencia máxima que calculamos que vamos a necesitar, para poder usar simultáneamente un número determinado de los dispositivos y electrodomésticos que tenemos en nuestra vivienda. La compañía controla la potencia contratada, por medio del interruptor automático de control de potencia (ICP), que corta el suministro cuando la sobrepasamos.