Es la pintura al agua de uso más frecuente en la decoración de interiores y exteriores, que puede contener resinas acrílicas o vinílicas en su composición, siendo ligeramente lavable y presentarse en distintos acabados: mate, brillo o satinada. Las pinturas plásticas o acrílicas de buena calidad, para aplicaciones en exteriores, suelen poseer un componente de silicona que produce un efecto «perlizador» de autolavado con el agua de lluvia.