Es el que, una vez endurecido, posee abundantes poros o diminutos canales que atraviesan totalmente la pieza, causándole una indeseable pérdida de resistencia, densidad e impermeabilidad. Es un hormigón defectuoso en el que se ha acumulado aire en la mezcla, por la falta de vibrado en su puesta en obra o proceso de fabricación y que no debemos confundir con los hormigones aligerados o de baja densidad que se utilizan con fines de relleno, aislamiento o tuberías de drenaje.