Comprar un inmueble como «Cuerpo Cierto» significa comprar en base a algo que se ha visto y comprobado que existe físicamente, imponiéndose este criterio o concepto a otro que podría estar basado en documentación registral o de otro tipo. Aceptar este sistema voluntariamente implica que no será posible hacer ninguna reclamación posterior sobre cualquier situación no verificada. Por ejemplo, no será reclamable una mayor cabida o mayor superficie, aunque esta existiese y fuese diferente de la que se había considerado aceptada.