Es un tramo de instalación que enlaza la red general urbana de un servicio, como el de electricidad, de agua, telefonía, gas o alcantarillado, con la red interior de un edificio de cualquier tipo y uso. Su contratación corre a cargo del propietario del edificio, individual o comunidad de propietarios, siendo un requisito previo a la autorización de habitabilidad, puesta en marcha y funcionamiento de los edificios y actividades.